Hoy en día, el bitcoin es la criptomoneda líder y desde que se lanzó al mercado no deja de crecer. En lo que va del año ha aumentado casi un 130%, y en los últimos cinco años se ha revalorizado un 10.337%.
Para hacerte una idea, actualmente, tan solo un bitcoin vale 47 mil dólares. ¿Ya entiendes la frustración de James Howells, el ingeniero que botó un disco duro con 7500 de ellos? El joven de 35 años pidió ayuda a todas las autoridades, incluso a la NASA. Pero aún, no ha recibido la ayuda esperada.
¿Cómo empezó todo?
Poco después de que se creara la moneda digital bitcoin en el 2008, James Howells había descargado en su computadora un software gratuito que hizo posible adquirirlos fácilmente.
Lo único que tenía que hacer es prestar las capacidades del procesamiento de su computadora para ayudar al sistema Bitcoin a crear un registro permanente de las transacciones de la red y, a cambio, este le permitiría quedarse con un poco de dinero.
Siguiendo con ello, el ingeniero configuró en su computadora portátil juegos para minar día y noche «extrayendo bitcoins», así se llamaba el proceso. Y, en poco tiempo, almacenó miles de bitcoins que aún no tenían el valor que hoy en día tienen.
Con el tiempo, su computadora empezó a sobrecalentarse y James decidió dejar de lado todo y enfocarse en otros proyectos.
El comienzo de su peor decisión
Una noche de agosto del 2013 un vaso de limonada que cayó por accidente en la computadora de James, fue el inicio del peor error de su vida económica.
El ingeniero, que todavía no calculaba que sus bitcoins serían un tesoro, decidió pasar a un disco duro toda la información de su computadora y al copiarla en una nueva no seleccionó la carpeta de bitcoins. Lamentablemente el “control z» no funciona en estas ocasiones.
James guardó el disco duro en su cajón donde tenía otro vacío. Los meses pasaron y un día que decidió limpiar su oficina, quiso deshacerse de todo lo que no utilizaba. No se imaginó que por error colocaría el disco duro equivocado con la carpeta de sus bitcoins.
Cuando se dio cuenta del valor de la criptomoneda y la seguridad de sus transacciones, decidió buscarlo en el vertedero de Newport, Gales del Sur. El más grande de su ciudad.

Foto: EFE.
Su primer paso fue contactar con el representante del lugar, quien le dió esperanzas. Las mismas que se desvanecieron cuando los del ayuntamiento pudieron darse cuenta que la búsqueda significaba mucho tiempo y dinero invertido sin certezas.
A pesar que el ingeniero ofreció el 10% de su fortuna si lo ayudaban con la excavación del lugar, contactó con inversores y empresarios, creó una presentación para el proceso y habló con todas las autoridades posibles, hasta el día de hoy no consigue los permisos que necesita.
Incluso llegó a prometer en declaraciones con los medios que donaría gran parte del dinero para los daños económicos causados por el Covid-19.
Sin embargo, esta es una búsqueda del tesoro que al parecer no tendrá fin. Pues recientemente, se supo que James conversó con investigadores de la NASA quienes estarían dispuestos a ayudarlo pero sin las autorizaciones, por el momento, no podrán proceder.
¿Tú qué harías en su lugar? ¿Te darías por vencido?
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