Los músicos, los actores y hasta un modelo con todo el glamour ya no son representativos de esta cultura juvenil. En la actualidad, los adolescentes tienen como referentes a las mentes brillantes que han sido capaces de crear una aplicación, un juego online o toda una compañía del segmento tecnológico.
Ashton Kutcher, es un actor y modelo que ha sabido ganarse los suspiros de sus seguidoras por su encanto y carisma, pero también los atención de empresarios por su buen tino en las decisiones tomadas para invertir en empresas del rubro tecnológico. Su lema es “Invierte en lo que más conoces” y con ese afán se ha convertido en accionista de Skype, Spotify, Foursquare y Uber. Antes de llegar a los 40 años construyó un portafolio de 250 millones de dólares en empresas y acciones.
Su cuenta de Twitte fué la primera en lograr el millón de seguidores, y con ello bastó como para que un buen puñado de jóvenes dejen de creer en superman, para confiar en los poderes más terrenales, aquellos que se logran de la mano de las acciones más inteligentes como lo fueron las inversiones para Kutcher, o los conocimientos para cerebritos de la talla de Mark Zuckerberg.
Sí, aunque no lo crean, el CEO de Facebook es igualmente, o más, elegido por los adolescentes que Kutcher. Evidentemente aquí no cuenta su atractivo físico, sino más bien el ingenio con el que hizo un imperio desde una computadora. Es que ese es el secreto de los nuevos ídolos que comienzan a ganar terreno en el imaginario social de los jóvenes de esta era: ser nerds.
Adios a los superhéroes
Cuando yo era niña los superhéroes eran los ídolos de la mayoría de los niños de mi edad, por entonces. Por esa razón, las capas voladoras (que en verdad no lo eran) y los superpoderes eran los gestos más comunes ha utilizar en un juego.
A medida que fui creciendo, los ídolos comenzaron a ganar protagonismo en las paredes con posters de bandas de rock o todo un merchandansing que nos posicionaba, además, en un segmento de gustos. Por fuera de ese mundo cool estaban los nerds, es decir, aquellos chicos tímidos, introvertidos, estudiosos y con una limitada fluidez social.
Nada de esto podría describir lo que sucede con una parte representativa de la juventud actual. Los rockstars de esta era son personajes como el fundador de Snapchat, Evan Spiegel, o Kevin Systrom, fundador de Instagram.
El poder de volar, emitir ondas ultravioletas, rescatar señoritas en problemas, o cantar como los dioses ya no gana tantos adeptos, como sí lo estan haciendo aquellos que pasan largas horas estudiando códigos de programación, o analizando las alianzas tecnológicas necesarias para crear una startup.
Para la consultora Now, perteneciente a Dommo.x, “Los nuevos rockstars no los encontramos en Hollywood o en Wall Street, como ocurría no hace muchos años. Hoy la gente no solo admira a músicos, actores, deportistas o empresarios. Silicon Valley mola.
Los cerebritos molan”. Now se ha dedicado a realizar un estudio justamente sobre este asunto y lo que evidencia como tendencia de consumo es que “Más allá de los grandes nombres, lo que estamos viendo es que esta nueva mentalidad, y el auge de estos nuevos perfiles se está reflejando en un cambio cultural y social. No sólo se trata de una cuestión de famosos e influencers. Incluso en la cultura popular, cada vez hay más contenidos relacionados con la tecnología y la innovación”.
La sociedad tecnológica
No es casualidad que la serie galardonada como la mejor para los premio Emmy de este año es “Mr. Robot”, elegida por el público por su contenido y la forma de llevar una idea al formato, esta serie básicamente nació con la intensión de hablar de la cultura de los hackers.
Otras series elegidas son “The Big Bang Theory” que explota la imagen de los nerds poniéndolos con gracia en un plano más social, y “Silicon Valley” en donde el apasionado mundo de los algoritmos es librado por un programador solitario y tímido.
En todos los casos, los protagonistas de estas series de ficción son personajes socialmente conocidos como nerds. Sí, aquellos que antiguamente solían apartarse por sí solos, o hasta discriminados por el común de los jóvenes, hoy son el centro de atención.
Now los bautizó: “Nerd is the new cool”, haciendo alarde a términos como “mola” o “cool” que hacen más referencia a una antigua modalidad de idolatría. En la sociedad tecnológica actual no se los denomina más como admiradores, sino como seguidores, y tampoco cuenta la apariencia física del ídolo, sino el perfil de influencia y todos los likes suministrados en su esfera virtual, cual fuera que use.
En este mismo sentido, el merchandansing actual dejó de lado los álbumes de figuritas y hasta las bandanas, por un puñado de redes sociales, retuits, toques, likes y avatares.
La sociedad tecnológica no se ha construido sola. El avance que este segmento ha tenido y la forma en la que ha ganado un terreno popular ha logrado que se genere no sólo una utilidad tecnológica sino una cultura definida como tal. Para Now “El código y la robótica se implantan como asignaturas orientadas hacia el futuro en las escuelas de todo el mundo”, y de la mano de esta idea no podemos dejar de mencionar los intentos de Apple y Goolge al respecto, con su New Classroom App y Project Bloks, proyectos en los cuales se animan a los jóvenes a formar parte del mundo de la programación.
Por propuestas de este tipo, muchos jóvenes sienten que ser un ídolo no es tan inalcanzable, condimento fundamental para generar esa curiosidad y captarles su atención. ¿Bastará con estudiar y ser un genio? Aunque esto es una pieza fundamental para los nuevos superpoderes, en verdad, no todos tienen el don y sólo algunos saben cómo lograr la combinación perfecta entre innovación, ingenio e inteligencia.
Por eso es que no todos pueden ser Elon Musk y fundar empresas como Paypal, Tesla y SpeaceX o hacerse mimar como el niño lindo de Silicon Valley sólo por hacerse millonario tras fundar Snapchat, como lo hizo Spiegel. Mientras tanto, vale la pena jugar a ser como ellos.