Multimillonario por un error de PayPal

Un estadounidense se encontró con billones de dólares en su cuenta del servicio de pagos online. Fue el hombre más rico del mundo durante un par de horas, hasta que PayPal rectificó su estado de cuenta y admitió un error en su sistema.

No son pocos los casos de personas que se vuelven millonarias por asuntos relacionados a la suerte o al error, lejos del mérito, el trabajo y la perseverancia. Algunos ejemplos verídicos, más allá de los ganadores de la lotería: un hombre cuyo nombre no ha sido revelado compró una pintura por 4 dólares en un mercado de pulgas de Pensilvania pues gustaba de su marco; quitó el lienzo y encontró una copia oficial de la Declaración de Independencia de Estados Unidos; fue vendida más tarde en más de US$2 millones. Una mujer californiana encontró en el sótano de su casa una figurita de béisbol al parecer instrascendente; en verdad se trataba de la imagen del primer equipo profesional de ese deporte y fue subastada en más de US$75 mil. Un estudiante compra un sofá de segunda mano a poco más de US$200; ya en su casa descubre una pintura escondida dentro de él la cual se subastó en Hamburgo, Alemania, por una cuantiosa suma. Los casos siguen.

A ellos ahora se suma Chris Reynolds, un ciudadano que, igual a uno de los ejemplos mencionados, reside en Pensilvania. Propietario de una cuenta en PayPal, el popular servicio de comercio electrónico, este usuario de 56 años de edad recibió más de US$92 billones los cuales fueron depositados involuntariamente por una empresa estadounidense. Esta cifra duplica por un millón de veces la fortuna del magnate mexicano Carlos Slim quien, decimos al paso, recientemente invirtió una importante suma de dinero en la aplicación Shazam.

“Si hubiera tenido ese dinero habría pagado la deuda nacional”, bromeó Reynolds en declaraciones a CNN. “Pensé que se trataba de algo curioso, no sé, quizás alguien se estaba divirtiendo”, añadió.

Una vez advertido el error, PayPal pidió disculpas por el error que su plataforma propició, y apeló a la buena voluntad del usuario que fue millonario durante algunas pocas horas, invitándole a donar dinero (no esa cifra, claro) a una causa benéfica por él escogida. A diferencia de los ejemplos que inauguran esta nota, la suerte de Reynolds no ha sido duradera.