Las características de Jitsi, Zoom y ooVoo; sus ventajas y sus desventajas respecto al servicio de Microsoft; y cómo aprovecharlo para las reuniones virtuales en tu empresa.
Las reuniones en persona parecen ser cosa del pasado. Salvo alguna que otra cita de este tipo que requiere de un trato personalizado, cada vez son más quienes mantienen reuniones por medio de algún software que les permite estar en contacto desde diferentes rincón del mundo. Para que esto sea posible es necesario que existan los interlocutores -que cada vez pueden ser más en un mismo encuentro online- la plataforma VoIP (Voice Over IP, por sus siglas en inglés) y una buena conexión a Internet.
Skype es uno de los servicios pioneros en videollamadas que se valen de la configuración VoIP. Al poco tiempo de su lanzamiento al mercado, en el 2003, el desarrollo oriundo de Estonia logró convertirse en el más popular. Tanto, que luego fue adquirido por Microsoft.
El ecosistema de aplicaciones para videollamadas no tardó en multiplicarse. Aunque el número puede llegar a ser más que tres, en esta selección destacaremos por qué Jitsi, Zoom y ooVoo son verdaderas alternativas de Skype.
Jitsi
Esta aplicación para videoconferencias es un software libre (de código abierto). Puede correr en Windows, Linux y Mac OSX. Gracias a que es compatible con otros protocolos populares de mensajería instantánea y de telefonía permite diferentes tipos de conexiones pudiendo ser SIP o H323.
Una de las ventajas de esta herramienta es que mientras los usuarios están reunidos en una videoconferencia, pueden transferir archivos y compartir escritorio, haciendo que el encuentro sea más dinámico. A comparación de otros servicios no hay un límite de participantes en la reunión; esto dependerá del procesador del equipo que se utilice y de la red.
Muchos videoconferencistas han sido críticos con la interfaz que no ofrece un diseño muy amigable, además de que es un software muy pesado para descargar. Sin embargo, los desarrolladores de la plataforma han escuchado esta crítica y no han hecho oídos sordos ya que si no querés descargar la plataforma podés acceder a la URL.
Otra crítica que se le apunta es que no cuenta con una versión para móvil, aunque los usuarios en distintos foros aseguran que la versión web en tabletas y smartphones es clara y definida.
Por su parte, en la home del portal de Jitsi se puede leer el por qué es una herramienta que vale la pena explorar: “Creemos que cada chat de video debe verse y sonar increíble, entre dos o 200 personas. Ya sea que desee crear su propio cliente de videoconferencias multiusuario masivo, o utilizar el nuestro, todas nuestras herramientas son 100% gratuitas, de código abierto”.
ooVoo
Uno de los mayores encantos de esta herramienta es la posibilidad de grabar las videoconferencias. Este recurso permite llevar un registro no sólo del tiempo en que se realizó la reunión, sino del contenido de la misma. ooVoo también se jacta de tener una interfaz totalmente intuitiva. Ofrece la posibilidad de hacer llamadas con o sin video, mensajes de texto y transferencia de archivos.
Por sólo permitir hasta doce integrantes en una videoconferencia, esta herramienta está entre las menos buscadas cuando se trata de conectar reuniones entre muchas personas. Además se le critica que presenta problemas en la transferencia de archivos durante las reuniones, por lo que se puede comprender que esta fluidez dependerá de cuántas personas participan y de la conexión con la que cuenta en el momento.
Se dice que es uno de los servicios de videollamadas más interesantes para reuniones entre dos o tres personas. Otra de las desventajas es que muchos de sus servicios son gratuitos pero con capacidad limitada. Por ejemplo, los mensajes de voz son gratuitos, pero si superan el minuto son pagos.
Zoom.us
Este programa también pensado para videoconferencias es una herramienta muy útil para la realización de webinars, una tendencia en capacitaciones online que crece cada día más en el mundo. Debido a que cuenta con una app de escritorio y una mobile, es posible usarla desde distintos dispositivos, incluso cuenta con extensiones para diferentes navegadores. Eso sí, quienes quieran usar su versión de escritorio tendrán algunas limitaciones. Por ejemplo, las videoconferencias duran aproximadamente 40 minutos de forma gratuita; una vez cumplido ese plazo hay que pagar para seguir conectado.
La calidad de las videollamadas es muy buena, no tiene reportes de cortes aún en conferencias multitudinarias, además es muy fácil de usar y hasta permite programar las videoreuniones generando un ID de conferencia. Para conectar con otra persona se comparte el ID y listo: ya estarán ambos en una misma reunión online. Zoom también pueden grabar las sesiones de forma gratuita y descargar el archivo en la computadora o en la nube, aunque esta segunda opción es sólo para usuarios premium.
La desventaja de este servicio, en comparación de las demás opciones aquí expuestas, es que para utilizarlo hay que descargar sí o sí el software. Una vez hecho, la diferencia en la experiencia es realmente notable.