Tanto la industria cinematográfica, como la literaria, la NASA y hasta el Centro Internacional de la Papa se han propuesto desterrar este tubérculo del planeta Tierra para cultivarlo en el planeta rojo. ¿Esto es posible?
Matt Damon se pone en la piel de Mark Watney, un astronauta estadounidense que protagoniza el film The Martion (Misión rescate) basado en la novela “El marciano” de Andy Weir. Algunos habrán visto la película, otros no, aunque estoy muy lejos de hacer recomendaciones pochocleras, viene bien traer este ejemplo a este artículo porque el protagonista de la película sobrevive en el planeta Marte tal como Robinson Crusoe, versión moderna, lo hubiera hecho: con un poco de aventura y a base de papa.
Sí, tal cual lo leen, en la historia el astronauta Watney encuentra la forma de cultivar papa en Marte, lo que le permite sobrevivir tras que la tripulación lo abandonara allí creyéndolo muerto. Pero como es una película, y de Hollywood -hay que decir que la NASA también dió una mano mencionando el film en su página- la idea simplemente de que se pueda cultivar algo en el planeta rojo suena del todo fantasiosa, porque sino cuál sería la razón por la cual el ser humano no ha mudado sus petates hacia aquellos lares.
Así las cosas, la respuesta científica a esta ficción parece venir desde Perú, país donde se encuentra el Centro Internacional de la Papa que, claramente, no dejaría pasar la oportunidad de analizar en profundidad este hecho. Según relata el diarioregistrado.com, el CIP, con colaboración de la NASA, estudió el caso proviniente de la ciencia ficción y luego de varios ensayos dieron con la posibilidad de que sea realmente posible desarrollar el tubérculo fuera del planeta tierra.
Papas marcianas
El 14 de febrero y el 5 de marzo de este año se llevaron a cabo diversos experimentos in situ dentro de las instalaciones del Centro Internacional de la Papa que permitieron que la entidad difunda los resultados positivos. Es decir, y en conclusión, que sí es posible cultivar papas en Marte.
Según el astrobiólogo local, Julio Valdivia Silva, “El crecimiento del cultivo bajo condiciones como las de Marte es una importante fase de este experimento”, y agregó que las pruebas se extenderán durante un lapso de cinco años.
Para llevar adelante este experimento que se rotuló “Papas en Marte” se trasladaron tubérculos originarios de América para luegos sembrarlos en un terreno cercado por un domo llamado Cube Sat. Supuestamente, el interior de ese domo simula el ambiente del planeta Marte, de manera de poder estudiar cuáles son los cambios que se deben generar para que este cultivo salga de la ficción y pase a la vida real.
Un equipo de la NASA acompañó esta primera fase de investigación para validar los resultados, de hecho, fue el investigador Chris McKay quien aseguró que “Hemos estado observando los suelos muy secos que se encuentran en el desierto del sur peruano (como Pampa de la Joya). Estos son los suelos más parecidos a Marte que hemos encontrado en la Tierra”.
Por su parte, y en base a este procedimiento, el CIP señaló que “Las futuras misiones a Marte que deseen sembrar papas tendrán que preparar el suelo con una estructura suelta y nutrientes para permitir que los tubérculos obtengan suficiente aire y agua”. Como resultado de la primera fase se pudo afirmar la posibilidad de cultivar en aquel planeta y no sólo papas, sino también otro tipo de vegetales.
Made in Tierra
El caso es que la investigación que se ha llevado a cabo en Perú dejan muchos espacios en blanco liberados a la duda, y por consiguiente, le restan su respaldo científico, aún cuando una entidad tan importante como la NASA esté allí para avalarlo.
Tanto en la película The Martian, como en el domo Cube Sat, los argumentos cinematográficos y científicos enfrentan un primer cuestionamiento y es cómo llega la papa al planeta Marte. En definitiva el tubérculo se exportaría necesariamente desde la Tierra, pero esto no sería lo único, también debiera hacerse lo propio con una cuota importante de oxígeno (recordemos que aquel planeta posee aproximadamente un 12% del oxígeno que libera la Tierra), lo que convertiría a este cultivo en el más costoso de la historia, y sin razón alguna porque no vive nadie allí -Matt Deamon, ni nadie que se lo proponga en términos reales, hubiera podido sobrevivir sin un traje que se adapte a las circunstancias ambientales.
Aunque el astronauta utiliza sus heces para cultivar, el suelo marciano no está apto para plantar puesto que posee un exceso de hierro que imposibilita la vida vegetal. El segundo cuestionamiento se deja ver limpiamente aquí, sería necesario remover el terreno, pero ¿también se debiera exportar del planeta Tierra?
Sin poder responder por ello, se da un tercer cuestionamiento, y es que se hace necesaria la creación de un domo similar al Cube Sat de Perú, por lo que es casi imposible no dudar del simulacro hecho por el CIP ya que no existe forma de simular en un domo el ambiente de Marte, acaso el domo que se instale en terreno rojo también frenaría las radiaciones a las que estarían expuestos los cultivos.
Ciertamente, desde hace años se busca vida en Marte, se intenta cultivar algún vegetal y se ensayan diferentes formas de hacer esto real. Pero aunque la ciencia y los guiones de cine hagan lo que esté al alcance de sus manos, la naturaleza y las fuerzas del universo parecen no abrir las puertas para que cultivar en otro planeta sea una papa.