Hablamos con dos humoristas gráficos que utilizan la tecnología como temática para sus chistes. Daniel Paz y Franco Rosa nos cuentan qué tiene en particular este mundillo para despertar risas entre los lectores, y nos explican por qué la tecnología no abunda en el trabajo de sus colegas.
Basta repasar las viñetas de cualquier periódico en circulación, usualmente persiguiendo risas y complicidades desde la última página del diario, para caer en cuenta que el humor gráfico prefiere temáticas como el amor y el desamor, asuntos derivados del universo político, las relaciones humanas, la sexualidad y demás materias de orden existencial. En evidencia, para hacer reír el humor requiere que la contraparte participe y sepa de aquello que se está hablando.
¿Qué ocurre con la tecnología?, ¿sus temáticas pueden ser útiles para despertar risas? La vida de muchos está inyectada de tecnología y, en tanto, los vaivenes de aquella industria bien podrían ser utilizados para hacer reír. No obstante, en las tiras de humor no sobran las menciones a Windows, iPhone y al cloud computing, por mencionar algunos casos estrictamente tecnológicos.
“Si hacés chistes sobre celulares, sobre un GPS o sobre WiFi creo que no hay mayores problemas porque son temas que casi todos manejan. Pero si hago un chiste sobre una app o sobre un router seguro quedará gente afuera, salvo que se esté publicando en una revista de tecnología y el lector esté al tanto de temas específicos”, explica a DattaMagazine Franco Rosa, un humorista gráfico que no desdeña la tecnología como temática para sus chistes. Caspirito, su creación, ve el logo de Windows al abrir la ventana de su habitación , y no duda en analizar cómo la tecnología alteró la médula de nuestro lenguaje.
Daniel Paz, un reconocido humorista gráfico argentino, comparte con nosotros una mirada análoga a la de Rosa: “En general el humor se construye a partir de algo que funciona mal. Si yo hago un dibujo que gira alrededor del ‘¿probó apagarla y volver a encenderla?’ , seguramente mucha gente lo va a entender y, tal vez disfrutar, porque casi todos pasamos por eso. En cambio, si hago uno sobre los captchas va a ser para un público más restringido”. Resume: “Para que ocurra el efecto humorístico es fundamental que el autor y el receptor compartan un monto mínimo de información y conocimiento sobre el tema que se está abordando”.
Ahora bien, ¿qué hay en la tecnología que sirva para hacer reír? “Me parece interesante el choque con nuestra vida cotidiana, ya sea los términos tecnológicos que incorporamos a nuestra vida o cómo vivimos pendiente de la tecnología, cómo hacemos o dejamos de hacer cosas por estar invadidos por ella. También considero que no comprenderla o el rápido cambio de la misma es parte del chiste”, dice Rosa.
Paz añade: “En todos los ‘mundos’, no sólo en el tecnológico, se pueden encontrar motivos para hacer reír. La clave está en la mirada del observador. Por ejemplo, Caloi y Fontanarrosa compusieron piezas de humor geniales sobre fútbol. A mí me resultaría muy difícil hacer lo mismo porque no tengo el mismo talento, pero también, porque entiendo muy poco de fútbol.
En cambio, la ciencia y las nuevas tecnologías son temas que me interesan mucho y sobre los que trato de conocer más. En este ‘mundo’ la materia prima a partir de la cual gusta trabajar es la relación que los humanos establecemos con la tecnología”.
Como epílogo, consultamos a los humoristas por qué siendo la tecnología un asunto tan presente en nuestras vidas, no es usual que ésta sea una moneda corriente del humor. Según Daniel Paz, aquel fue uno de los méritos y signos precursores de Quino, el creador de la genial Mafalda. “(Quino) reflejó a través de su humor los cambios que se daban en el mundo y en la Argentina a partir de la segunda mitad de los sesenta. Uno de ellos era la irrupción de la tele en la vida cotidiana”, explica.
En busca de una explicación para la breve presencia de la tecnología en las tiras de humor, Franco Rosa suelta una conclusión multidireccional: “Quizás un poco tiene que ver con no dejar a lectores afuera del chiste. O bien para seguir cierta línea de chistes: algunos prefieren más existencialistas, otros juegos de palabras, otros el absurdo.
Quizá también desconocer sobre tecnología sea una causal de no tocar el tema. Quizás las futuras generaciones de humoristas atiendan más a esos temas porque nacieron con boom digital, la generación que actualmente está en las primeras planas son la generación que vivió el cambio y tiene nostalgia por la era más desconectada y es un poco más crítica con vivir pendiente de la tecnología”.
Fuente: DonWeb