En ese monto vendió Michael Thomasson, un apasionado coleccionista de videojuegos, los 11.007 títulos que había comprado desde que tenía 12 años. Incluia juegos en cartucho, cassette, VHS y laser disc, junto a cada consola necesaria para jugarlos. Los subastó por internet y fueron vendidos a un comprador que eligió permanecer en el anonimato.